Una persona de 90 años toca el Libro de la Sanación: Un Testimonio de Fe
El día de Todos los Santos de 2025, Kurt Globnich visita la iglesia del castillo de Wittenberg para tocar el folleto curativo y compartir experiencias espirituales.

Una persona de 90 años toca el Libro de la Sanación: Un Testimonio de Fe
El viaje a Wittenberg tiene un significado muy especial para Kurt Globnich. El 1 de noviembre, día de Todos los Santos, el hombre de 90 años se dirigió a la ciudad que alguna vez fue el centro de la Reforma. Para él, el día es más que una simple fecha en el calendario: es su cumpleaños, que coincide casualmente con el aniversario de la muerte del elector Federico el Sabio. Desempeñó un papel crucial en la historia de Wittenberg al presentar un impresionante tesoro de reliquias en la Iglesia de Todos los Santos y al imprimir un libro de curaciones que describía las reliquias que recopiló. El periódico de la iglesia. informa que muchos creyentes vinieron a Wittenberg durante décadas para ver y disfrutar de este tesoro.
La lúgubre iglesia del castillo huele a velas, mientras Globnich, sentado en una silla de ruedas, pregunta por el famoso folleto de curación. “El libro está en el altar durante el servicio”, explica un visitante confundido, pero Globnich no da tregua. “¡Ahora es el servicio religioso!” grita, asombrando a los turistas que lo rodean. Para él es importante tocar este libro especial, una petición que a muchos les parece inimaginable, pero que para Globnich es de suma importancia.
El significado de las reliquias.
Federico el Sabio, que vivió entre 1463 y 1525, tenía más de 5.000 partículas de Cristo y los santos presentadas en preciosas obras de orfebrería para su veneración. Si hay que creer en los relatos históricos, cada una de estas reliquias concedía a los visitantes piadosos una indulgencia de hasta 100 días. El libro de la curación, ilustrado por Lucas Cranach, también describe, entre otras cosas, las piezas más valiosas, incluidas partículas de la cruz y la tumba de Cristo.
Cuando Globnich finalmente sostiene en sus manos el pesado libro de curación, la atmósfera se vuelve casi tangible. Lee en voz alta y murmura palabras familiares: “Hay un momento para todo”. Son estos momentos los que le ayudan a organizar sus experiencias y a aceptar los recuerdos de su propia vida y el significado de la fe.
Un momento lloroso
Pero la mujer que le trajo el libro está cada vez más nerviosa. La atención de los turistas se concentra en la silla de ruedas de Globnich, quien les pide que les devuelvan el libro una vez que él haya cumplido su deseo. “Y enjugará las lágrimas de sus ojos, ya no existirá la muerte, ni el sufrimiento, ni el llanto”, continúa, afirmando que es necesario haber tocado lo esencial de la vida para poder dar con confianza el último paso. Un pensamiento simple pero poderoso que conmueve no sólo a él, sino también a quienes lo rodean.
Como muestra la historia de Kurt Globnich, la importancia de las reliquias y el santuario permanece a lo largo de los siglos. No es sólo la fe lo que se palpa aquí, sino también el anhelo humano profundamente arraigado de consuelo y de sentido de la vida.