Goethe y Weimar: ¡de ruinas a millones de turistas cada año!

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Weimar: Goethe y Schiller dieron forma a un movimiento cultural que atrajo a millones de turistas y tuvo un impacto duradero en la ciudad.

Weimar: Goethe und Schiller prägten eine Kulturbewegung, die Millionen Touristen anzieht und die Stadt nachhaltig formte.
Weimar: Goethe y Schiller dieron forma a un movimiento cultural que atrajo a millones de turistas y tuvo un impacto duradero en la ciudad.

Goethe y Weimar: ¡de ruinas a millones de turistas cada año!

Hace 250 años, más precisamente el 7 de noviembre de 1775, comenzó una era que marcaría Weimar para siempre: la llegada de Johann Wolfgang von Goethe. La ciudad nunca ha sido la misma desde entonces. El alcalde Peter Kleine lo describe acertadamente: “Sin Goethe, Weimar habría seguido siendo insignificante”. Goethe, que combinaba vida y arte en esta ciudad con aspecto de pueblo, trajo consigo un nuevo viento de creatividad. Su estancia en Weimar marcó el inicio de la Clásico de Weimar, un apogeo cultural en el que también participaron Friedrich Schiller, Christoph Martin Wieland y Johann Gottfried Herder.

Goethe buscaba libertad y nuevas experiencias cuando llegó a Weimar. La duquesa Anna Amalia creó el marco para su estancia y también atrajo con su invitación a otras personalidades destacadas. Uwe Butze, guía de la ciudad, destaca que la presencia de Goethe trajo a Weimar a muchos intelectuales, lo que permitió a la ciudad cambiar significativamente su historia. “Aquí no sólo tuvimos artistas, sino también pensadores y escritores que influyeron en el pensamiento europeo”, afirmó Butze.

Un patrimonio cultural

El Clásico de Weimar unió varios movimientos como el Sturm und Drang, la música clásica y la Ilustración y estableció así un nuevo humanismo. Este movimiento, que alcanzó su apogeo en la primera mitad del siglo XIX, no fue sólo un fenómeno literario. También produjo una síntesis de emoción y razón, como se expresa de manera impresionante en la obra maestra de Goethe, “Fausto”. Aquí los temas del amor, el conocimiento y la purificación moral se entrelazan y reflejan la búsqueda de la armonía.

La ciudad de Weimar es hoy un imán para unos cuatro millones de turistas al año, gracias no sólo a su patrimonio cultural sino también a sus numerosos museos y sitios históricos. Los hoteles registraron casi 800.000 pernoctaciones en 2024, un factor económico considerable. Las huellas de Goethe y Schiller están por todas partes, ya sea en sus casas o en los salones literarios que promovían los intercambios entre mentes de alto rango.

Los desafíos del presente

Si bien la ciudad recuerda su glorioso pasado, también hay preocupaciones sobre el futuro. Peggy Kaiser, empleada de limpieza de la ciudad, teme que la generación más joven no aprenda lo suficiente sobre Goethe en la escuela. Es importante transmitir el rico legado que dejó el clasicismo de Weimar. Ulrike Lorenz, presidenta de la Klassik Stiftung Weimar, destaca la versatilidad de Goethe, que hizo de Weimar una metrópoli cultural europea. “Tenemos que asegurarnos de que esto se siga valorando en el futuro”, advierte.

Goethe vivió en Weimar hasta su muerte en 1832. De poeta a estadista y científico, su obra fue diversa y dejó huellas que todavía resuenan hoy. Es de esperar que la fascinación por los clásicos de Weimar siga inspirando a las generaciones futuras, porque todavía queda mucho potencial por desarrollar.